Mientras los árboles no dejen ver el bosque, al subir sobre ellos se llega a ver todo. Así desde el pico, y mirando alrededor, se ven cosas de todos los colores. Y tiempos.

Frente al Dobra, perteneciendo al mismo macizo, está ese otro pico, que no tiene nombre (al menos que yo sepa). Aunque la zona tiene el nombre de Sierra de los Hombres. Al fondo, se ve los Corrales de Buelna. Y la cantera que está a la derecha, de Solvay, la he obviado aposta. No es bonita. Dejémoslo ahí.
Pateando esa zona, normalmente en invierno, cuando los escajos disminuyen de volumen, me encontré una vez un lobo. Azucé a Trinca contra él, pero huyó cobardemente ante tal amenaza.


Hacia la puesta de sol se ven los picos y se intuye el mar. Eso que se ve es Ibio, ahí en primer plano. Y en la parte lejana, se ven los picos, en su parte costera. Ahí atrás ya puse un atardecer en esa zona.


Aquí el monte Ibio con los picos de fondo, pero en pleno invierno. La nieve no es blanca, sino gris, como las nubes. O como todo, blanco y negro no existe.
Y una misma cosa, tiene distintas facetas.
Mirando al otro lado, hacia el lugar donde sale el sol, en otro momento, se ve esto.

De nuevo con nieve, son los picos de la zona de los valles pasiegos. El monte de la derecha de la foto, el más alto, es Castro Valnera. Una vez lo subí, quizá suba alguna foto.
El sol sale por ahí, pero me cuesta madrugar.
Volvamos a los puros atardeceres.

Trampa, ¿no? La siguiente también, pero da igual. El sol sobre las nubes, sobre los picos, en pleno invierno. Porque en verano, el sol cae sobre el mar. Es caprichoso.

A tus atardeceres rojos,
se acostumbraron mis ojos,
como el recodo al camino.
No entiendo muy bien como desde la costa de levante veía los atardeceres Serrat, con el sol cayendo sobre las montañas. Aquí, aplica. Esta es de hace poco. No hay muchas oportunidades al año, tres o cuatro, a lo sumo. Nubes altas, horizonte limpio, diez minutos después de la puesta de sol, este alumbra la parte baja de las nubes, y yo la veo. Teoría del Solsobre el horizonte. Aplica a amaneceres, también.

Y la silueta del pico al que he hecho mil fotos ya, muchas repetidas, y muchas que vendrán.
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