Me repito, lo sé. Pero repito sitios y repito fotos. Una y otra vez las mismas fotos en los mismos sitios. Ligeras variantes, no lo niego, pero cuando llevas años subiendo por los mismos sitios, es inevitable. E intentas fijarte en otras cosas.

Subiendo desde las Presillas, a finales de invierno, tímidamente salen las primeras hojas, que brillan al trasluz con su toque amarillento frente al azul.

Sí, es trampa. Bajar al suelo y buscar un rayito pequeño de luz que coincida para hacer algo mono. Es trampa, lo sé. Algún día subiré fotos de gatitos, también.

Una flecha que marca bastante mal la dirección. Por ahí no se iba a ningún sitio. Doy fe.

Vacas. Burros. Cabras. Caballos.

Y más vacas. No he visto ovejas. Bichos salvajes sí, muchos. Incluso un día subió Tito.

Dos curas. Uno con alzacuellos. Arriba del todo casi, debieron subir de las Presillas, donde hay concentración de ellos. Parecían buen gente.

Y a la cima.
Tengo muchas más fotos. Fotos reseñables quizá, o no. Pero como dije, muchas veces repetidas.
La siguiente tanda irá sobre paisajes desde el Dobra, o la Capía, en los que no sale el propio Dobra, como aquí en estas fotos. Me parece interesante ir a los sitios y no hacer fotos de los sitios. Ahí está google para esas cosas.