Digamos que todo el mundo ha fotografiado esta torre.
El otro día conversando, si mi memoria no me falla, aunque es bastante probable que lo haga, salió el tema de dónde está el verdadero mérito. El clásico debate de la cámara o el fotógrafo.
Me gusta hacer fotos. Las hago muchas veces por hacer, por pasar el rato. Evidentemente me gustaría dedicarme a ello a tiempo completo, pero bueno, eso el tiempo dirá.
Sin embargo, a veces me encuentro ante una determinada estampa, que quizá como este ejemplo no sea gran cosa (no deja de ser un ejemplo), y me planteo qué le puedo sacar a esa imagen. Cómo la puedo interpretar, de qué forma. Qué quiero que exprese.
Así que uso la cámara, como una herramienta. Y el lightroom y el pc. Cuanto mejor sea, más opciones me dará. Así que mejor. Pero lo que hago con ella, la interpretación que le doy, eso parte de mi mismo. Y me lo planteo de la misma manera que si fuera a pintar un cuadro. Con el añadido, de que el tema es real.
Pero bueno, se puede falsear, hacer que parezca lo contrario.
Tres interpretaciones de lo mismo, aquí. Ejemplos. Y de motivo, esta torre de la iglesia, tan fotografiada, de tantas maneras diferentes, por tantos fotógrafos.