En su momento, cuando murió Asi, le hice un pequeño homenaje. Ahora toca a Blaqui, porque esta mañana, se ha muerto.
Blaqui nació un 17 de enero de 1999, hace ya quince años. Era la segunda camada de Trinka, junto a un perro desconocido. Es medio hermano, por tanto, de Asi. Nos le quedamos en Maliaño, en el piso donde estábamos. Recuerdo que mi hermano insistió mucho, para luego no querer sacarle nunca. Así que básicamente me tocó. Que proteste y lo niegue, pero así es.
De joven tuvo problemas en la piel, le dieron un año cortisona, y mi madre siempre le daba demasiado de comer. Por eso siempre estuvo taaaan gordo. Pesaba más del doble que su hermana, llegando a veces a catorce quilos. También pensábamos que estando taaaan gordo, moriría antes. Cuando digo antes, digo a los ocho o diez años. Pero contra todo pronóstico duró hasta casi ahora. Era un superviviente nato, ante todos los achaques de la edad en sus últimos tiempos.
Era francamente inteligente. Es uno de los perros más listos que he tenido nunca. Sabía como pedir, como actuar, cuando llorar para conseguir algo. Escondía la comida y venía a por más, y luego se comía todo. Le llamaba cilíndrico (porque lo era), y a veces le empujaba con el pie y daba una vuelta por el suelo, hasta que se hartó de mi y dejó de prestarse a ello. Dormía mucho, siempre de formas bastante inverosímiles.
Os dejo unas fotos de él. Un poco las que mejor se le ve. Una pena. Pero una gran vidorra.
Cuando estuve malo en casa, cuando pasaba todo aquel tiempo, Blaqui estaba ahí. Cuando quería salir de casa, sobretodo en los primeros tiempos, él me acompañaba. Siempre me reí de él, pero siempre le he tenido mucho cariño. Según ha pasado un día más, y lo he pensado mejor, más le echo de menos.
Comentarios
Uno de mis animales favoritos. Descanse en paz.