Un día, decidí con Ana Karenina, que sería interesante volver a Galicia.
Así que llevamos a cabo la idea, y de camino, con una recomendación de un ser no definible, paramos en la playa de las catedrales.
Y así, hoy doy comienzo a una serie muy larga, mucho, sobre uno de los viajes que nunca olvidaré. Ni siquiera mi terrible memoria para los hechos y personas podrá con ello.
Este es el inicio de una de las series que más he disfrutado.
Deja una respuesta